jueves, 19 de septiembre de 2019

Donde hubo fuego cenizas quedan

Siempre he sido una cabra loca, impulsiva y sin planes por delante, 
pero contigo lo tenía tan claro que hiciste de mi cabeza un puzzle con cada una de sus piezas.

Me hacías sentir tan viva que no hacía otra cosa que pensar en tus lunares junto a los míos, en esa sonrisa que despertaba en mi tantos sentimientos y que ya no puedo ver. 

Mis miedos y yo corríamos a contracorriente en dirección no sé a dónde, convencidos de que esto era posible y de que llegaríamos a nuestro destino. Pero parece ser que no fue así. 

Preferiste quedarte con tus miedos y no vencerlos antes que conmigo. Prometí cuidarte, quererte y reunir tus pedazos con los míos y hacer de todo esto uno pero tú no me dejaste. 

Huir siempre es la opción más fácil, no enfrentarse a lo que uno siente; pero también es la opción más cobarde. 

No estamos aquí para quedarnos con las ganas, la vida es demasiado corta como para no vencer el miedo. Pero tú lo elegiste. Y yo no puedo cambiarlo.

Me quedé a tu lado, creyendo que los vencerías, pero al final te comieron. Me quedé porque buscaba entre todas esas excusas un solo motivo para ello, y fíjate que siempre o encontraba. Porque siempre he pensando que si hay una mínima posibilidad vale la pena intentarlo. 

Y lo intenté, te prometo que lo intenté con todas mis fuerzas hasta que al final me quedé sin ellas. 

No creas que no me importas por haberme marchado, porque decir adiós tampoco es fácil. Pero no me gusta quedarme donde no me quieren, donde las excusas van primero y donde las mentiras siempre salen a la luz. 

Tuve que elegir entre quererme o destrozarme, y elegí la primera. 



No hay comentarios: