Hoy me levanto con ganas de comerme el mundo, y de comerte a
ti también. Con ganas de decir, ‘AQUÍ ESTOY YO, FELIZ’. Te asomas a la ventana,
ves como los coches pasan, los pájaros vuelan, y tus recuerdos siguen ahí, en
tu cabeza donde no paran de girar y de girar. Ves allí arriba esas nubes, y les
ves a ellos, a todos aquellos que se han ido para no volver. Les mandas mil
besos, les dices te quiero y te vuelves para adentro. ¿No te das cuenta de la
suerte que tienes de estar aquí abajo? A veces te gustaría estar con ellos,
volver a abrazarles, poder decir cuánto les quieres, pero si estás aquí es por
algo. Para luchar, por ti y por ellos. Me levanto con ganas de decirte que lo
eres todo para ti, y con ganas de ser feliz. Ya va siendo hora de que el tiempo
me recompense con algo bueno. Los daños pesan y el paso del tiempo me duele. Ves
como nos vamos haciendo mayores y los recuerdos se van quedando atrás. Todo
cambia, ya no eres el de antes, has cambiado. Tu forma de pensar ha cambiado,
tu forma de reír, de hablar, de sentir. ¿Qué te ha pasado? Supongo que has
madurado, y que nada es lo que era. Pero
por mucho que las cosas cambien, algo tengo muy claro, nunca te voy a dejar de
querer, ni aunque pase todo el tiempo del mundo. Los sentimientos siguen ahí a
pesar de todo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario