domingo, 13 de enero de 2013

Buenos días Madrid.


Hoy me levanto con ganas de comerme el mundo, y de comerte a ti también. Con ganas de decir, ‘AQUÍ ESTOY YO, FELIZ’. Te asomas a la ventana, ves como los coches pasan, los pájaros vuelan, y tus recuerdos siguen ahí, en tu cabeza donde no paran de girar y de girar. Ves allí arriba esas nubes, y les ves a ellos, a todos aquellos que se han ido para no volver. Les mandas mil besos, les dices te quiero y te vuelves para adentro. ¿No te das cuenta de la suerte que tienes de estar aquí abajo? A veces te gustaría estar con ellos, volver a abrazarles, poder decir cuánto les quieres, pero si estás aquí es por algo. Para luchar, por ti y por ellos. Me levanto con ganas de decirte que lo eres todo para ti, y con ganas de ser feliz. Ya va siendo hora de que el tiempo me recompense con algo bueno. Los daños pesan y el paso del tiempo me duele. Ves como nos vamos haciendo mayores y los recuerdos se van quedando atrás. Todo cambia, ya no eres el de antes, has cambiado. Tu forma de pensar ha cambiado, tu forma de reír, de hablar, de sentir. ¿Qué te ha pasado? Supongo que has madurado, y que nada es lo que era.  Pero por mucho que las cosas cambien, algo tengo muy claro, nunca te voy a dejar de querer, ni aunque pase todo el tiempo del mundo. Los sentimientos siguen ahí a pesar de todo. 

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