martes, 9 de julio de 2013

la verdad..

La verdad es que no sé muy bien como empezar. Como empezar a decir como me siento.
Me siento más vacía que nunca, como si a un niño pequeño le hubieran quitado su juguete favorito y se echase a llorar, la diferencia es que a mi ya no me quedan lágrimas. Tener la extraña y rara sensación de que ese vacío nadie será capaz de rellenar, ni siquiera yo (aunque la verdad es que nadie intenta llenarlo)
Quizás tenga una pequeña idea de quien podría ser capaz de llenar este vacío aunque me parece tan complicado. Una sonrisa que lo llene, un te quiero, un abrazo, un te echo de menos, no sé, un algo que me devuelva las ganas de tener ilusión por las cosas. 
Me siento tan pequeña en este mundo de gigantes. Como si viviese en Liliput y fuese una de sus habitantes. Estás pidiendo ayuda a gritos y nadie es capaz de escucharte (o no quieren hacerlo) Como si fueses andando por la calle y solo vieses las suelas de los zapatos de la gente, hazte una idea de lo gigantes que deben ser. Y aunque pidas ayuda a las tres de la tarde con un megáfono en plena calla siguen sin escucharte, y yo, sigo sintiéndome tan pequeña.

A lo mejor el problema soy yo. A lo mejor el problema es que no quiero, o no puedo entenderme. Quizás el problema es que detrás de esta coraza que el tiempo y las heridas me han creado, hay una persona con sentimientos, con debilidades, con ganas de comerse el mundo y que todavía nadie ha sido capaz de descubrir. Que quizás el problema es que nadie ha sido capaz de conocerme a fondo, quiero decir, que quizás nadie se molesta en conocerme de verdad, y simplemente se fijan en la fachada. Y como eso no suele gustar, se quedan ahi. Es como cuando vas a una heladería y ves muchos helados, y aunque no los hayas probado, eliges el que más te gusta, eliges la fachada que más te gusta. Pues esto es igual. Solo que en este caso yo, tengo sentimientos.

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